La presente guía
didáctica parte de la importancia
que tiene desarrollar en los niños la motricidad fina por ello es necesario tener en cuenta la psicomotricidad como la actuación
del niño ante unas propuestas que implican el dominio de su cuerpo y la capacidad de estructurar el espacio en el
que se realizaran estos movimientos. Es por ello que
entendemos el valor tan significativo
que tiene iniciar trabajos lúdicos que estimulen al
desarrollo de este proceso.
término motricidad se refiere a la capacidad de un ser vivo para producir movimiento por sí mismo, ya sea de una parte corporal o de su totalidad, siendo éste un conjunto de actos voluntarios e involuntarios coordinados y sincronizados por las diferentes unidades motoras (músculos). Entre tanto la psicomotricidad integra las interacciones cognitivas, emocionales, simbólicas y sensoriomotrices en la capacidad de ser y de expresarse en un contexto psicosocial. La psicomotricidad, así definida, desempeña un papel fundamental en el desarrollo armónico de la personalidad.
Ahora
bien debemos tener en cuenta que la
psicomotricidad se divide en motricidad gruesa y motricidad fina para nuestra
guía didáctica vamos a trabajar la motricidad fina, ya que comprende todas aquellas actividades en las
cuales el niño necesita de una precisión y un elevado nivel de coordinación,
pues este tipo de motricidad hace referencia a los movimientos realizados por una o varias partes del cuerpo, que no tienen una amplitud sino que son movimientos de más precisión.
pues este tipo de motricidad hace referencia a los movimientos realizados por una o varias partes del cuerpo, que no tienen una amplitud sino que son movimientos de más precisión.
Se cree que la motricidad fina
se inicia hacia el año y medio, cuando el niño, sin ningún aprendizaje, empieza
a emborronar y pone bolas o cualquier objeto pequeño en algún bote, botella o
agujero. La motricidad fina implica un nivel elevado de maduración y un
aprendizaje largo.
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